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Goya y el lenguaje de señas para sordos

Catalina Serra

Reproducción de una lámina de Goya en la que el pintor dibujó el alfabeto manual para sordos.

Goya era sordo. Esto no es ninguna novedad. Lo que sí es menos conocido es que su sordera comportó que el regente Godoy impulsara la creación de la primera aula para sordos en España. Y es curioso que tuviera que ser la lesión de un pintor real la que motivara este hecho porque el primer alfabeto para sordos lo inventó un español, Juan Pablo Bonet (1573-1632), en 1620. Los historiadores Antonio Gascón y Ramon Ferrerons realizaban un estudio sobre Bonet cuando toparon con datos referentes a una lámina de Goya que representa de forma didáctica un alfabeto manual y que, en su opinión, permite reconstruir la evolución del lenguaje para sordos en España.

«Se pensaba que esta lámina era un estudio artístico de manos, pero de hecho se trata de un dibujo pedagógico para enseñar a comunicarse con las manos», afirma Gascón. El hecho de que en este dibujo el artista indique en algunos signos con trazo grueso el movimiento de arco de círculo preciso para expresar otro signo demuestra su finalidad didáctica. La lámina, realizada en tinta sepia sobre fondo ocre, no se ha exhibido nunca públicamente, pero se cree que pueda mostrarse en otoño coincidiendo con la publicación en el boletín del Museo del Prado de un trabajo suyo sobre esta lámina.

«Se habla de la sordera de Goya como si fuera la falta de un dedo o algo parecido, pero es algo muchísimo más grave, agudizado por la situación de la época», comenta Ferrerons, que recuerda que la mayoría de sordos eran tratados generalmente como locos y no tenían acceso a ningún tipo de educación, ni siquiera la religiosa. «Esta lámina demuestra que Goya conocía el lenguaje de las manos».

El artista enfermó hacia 1792, un año antes de iniciar su conocida serie de grabados Los caprichos, y de resultas le quedó una sordera profunda y permanente. En marzo de 1794, Goya escribió en una carta a su amigo Zapater que en una reciente reunión con Godoy éste había aprendido a hablar «por la mano» para poder comunicarse con él. De hecho, la sordera de Goya animó a Godoy a interesarse por los problemas de los sordomudos y en 1795 se destinó un aula para la enseñanza de sordomudos, y en 1802 se abrió para ellos el primer colegio. Durante estos años aparecen diversos elementos que dan cuenta de la gravedad de la sordera de Goya, que, le obligó a renunciar a la dirección de pintura de la Real Academia de San Fernando.

Goya dibujó esta lámina, titulada Las cifras de la mano, en 1812 en la residencia de los duques de Alba. Ferrerons y Gascón explican que este dibujo presenta algunas variaciones respecto al alfabeto divulgado casi 200 años antes por Bonet, como la ausencia del signo x o la presencia de diferencias en la configuración manual o la orientación de la palma en signos como la c o la q. En su opinión, sin embargo, «la aportación fundamental a la historia del lenguaje de signos es que pone de relieve el primitivo topos del signo alfabético, distinto al actual, situado ante el cuello y la parte superior del pecho para que el interlocutor pueda captar simultáneamente la expresión del rostro». En los siglos precedentes, los signos alfabéticos se ejecutaban en el espacio a la altura de la cintura.

«La lámina es importante porque permite ver la evolución de las letras y realizar un estudio cronológico de su evolución», explica Gascón. Hay que tener en cuenta que se trata de un alfabeto manual que representa letras, a diferencia del de signos, que expresa ideas o palabras. Los historiadores creen que es muy probable, aunque no se ha demostrado, que Goya acabara adoptando el lenguaje de signos por ser más rápido.

 

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Last modified: September 14, 2000